sábado, 3 de diciembre de 2011

Amoprhis en Madrid

Una semana después del concierto de In Extremo he tenido la suerte de asistir al de Amorphis. Este grupo lleva cuatro discazos desde el 2004 de los cuales no sabría elegir uno de ellos ya que todos son realmente buenos. El caso es que yo, que ya tenía ganas de verlos en directo, pude ir a verles en la presentación en Madrid de su último disco The beginning of times.

La sala afortunada de recibir a estos genios fue la Heineken. Estaba hasta arriba, cosa que me sorprendió gratamente. El grupo de Helsinki cuenta con muchos aficionados, pero en España, pese a sus casi 20 años de carrera, no siempre han tenido mucho tirón. Está claro que sus últimos discos están abriéndoles muchas puertas.

Antes de empezar decir que no llegué a tiempo para ver los teloneros Leprous y Naemah, pero por lo que he visto en Youtube tampoco me interesan en exceso. Quizás si me animase a escuchar un disco o algo cambiase de opinión. El caso es que ahí estaba yo, como quien va al cine a ver una buena película.

Lo primero que me llamó la atención es el micrófono, estaba como en unas barras fundidas entre sí y sobre una plataforma metálica desgastada. La portada del disco, el último clip, varias de sus últimas canciones tratan de una vida en un mundo apocalíptico… así pues la ambientación, aunque precaria, era correcta. Lo segundo que me llamó la atención es que la pedalera del guitarrista ocupaba casi como otra guitarra entera, lo que me resolvió muchas dudas sobre cómo iban a interpretar algunas canciones en directo. Lo tercero, es que el cantante, Tomi Joutsen, es muy bajo. Me imaginaba un finlandés grande y alto (en los clips esas cosas no se notan)… pues no, tenía que subirse a la plataforma de metal a veces. Supongo que no es para tanto, pero es que sus compañeros de grupo le sacaban una cabeza o así.

Empezaron el concierto con Song of the sage, una muy buena elección sacada de su último disco que resume muy bien lo que Amorphis son: un grupo de metal melódico con líneas de guitarra ambientales a lo largo de sus canciones y con adornos de teclados que suavizan su la dureza de algunos temas. No abusan de guturales, ni de rasgados y no caen en la repetición. En definitiva, un grupo que merece la pena escuchar. A veces voy a conciertos sabiendo que lo que lo que voy a ver me gusta pero tampoco es nuevo o diferente. Este no es el caso.

Siguieron con la más bestia My enemy, también de su último disco, y continuaron con The smoke, una de mis favoritas de ellos.

A continuación cayeron Crack in a Stone, Against Widows, Alone, la brutal Vulgar necrolatry y el ultimo single You I Need. A estas Alturas ya podía apreciar que estos tipos suenan en directo tan bien como en estudio. Su último dvd en directo así lo atestigua, pero quién sabe cuánto se retocan estas cosas. El cantante hacía guturales perfectos sin morirse cuando había que hacerlo, los efectos y riffs de las guitarras perfectos… Lo único que podía criticar hasta ese momento es que las canciones elegidas no eran mis favoritas. Una pena, además yo que vivo en una capital, lugar donde más público va ir a verles, lo normal es tocar lo que más gente está esperando. Pero bueno, la verdad es que si el grupo gusta va a dar lo mismo porque se disfruta de todas maneras.

Posteriormente tocaron Into Hidding, Sky is mine, Blackwinter day y Sampo. Con esta última he logrado convencer a un amigo que el metal, los guturales, el virtuosismo y la calidad no están reñidos en este mundillo.

Por otra cabe destacar que en algún momento, no sabría recordar qué canción, antes de empezar a interpretarla, rindieron homenaje a los alemanes Rammstein parafraseando algunos versos y riffs de su famoso y polémico single Pussy. A estas alturas del concierto también cabía destacar que cuando el cantante hacía head banging (lo de mover en círculos el pelo), la gente aplaudía y él lo repetía. Es espectacular ver a un tío con un metro de pelo de rastas hacer ese movimiento. También parecía peligroso para el resto de componentes del grupo.

Para finalizar el concierto eligieron muy acertadamente tres de sus canciones más exitosas: Silver Bride, My Kantele y House of Sleep. Esta última cantada en los estribillos por el público.

En general me gustó mucho. Quizás habría deseado alguna canción más pues 15 canciones (aunque la mayoría pasan de los cuatro o cinco minutos) me resultaron poca cosa. Pero bueno, eso es lo de menos. En resumen: los Amoprhis se marcaron un concierto muy bueno y yo me alegro mucho por haberlos podido a ver de una vez por todas.


1 comentario:

madandbam dijo...

aaahhh, te gusta Dephormis!!!

(te recuerdo que soy el troll de este blog XD)