martes, 28 de diciembre de 2010

Mi experiencia con un perro


Este es Dixie, mi perro. Hay muchos como él, pero este tiene la particularidad de que es mi perro, no de otra persona. Tiene un año y casi tres meses. Llegó a mi casa hace exactamente un año, ni más ni menos. En un día como hoy valoro la situación y hago una pequeña disertación sobre lo que es tener un perro. Todo ello desde el punto de vista de un novato en el mundo canino.

En primer lugar he de confirmar lo que todo el mundo dice: tener un perro es una pasada. Te quiere y te ve como un jefe de manada, te respeta y te aprecia. Se alegra de verte (y no sólo para que le des de comer) y realmente aprecia mucho estar contigo. En definitiva, mola mazo.

Pero aún así, desde el primer día yo iba haciendo apreciaciones sobre lo que es tener una mascota. Y como siempre, uno se va dando cuentas de aspectos de la vida que no se había planteado antes. He aquí mis conclusiones:

1 – La gente que tiene perro se pueden englobar en dos grupos: En el primer grupo podemos encuadrar a la gente simpática que le gustan los animales y con la que se puede tener una buena conversación en el parque. En el segundo, la gente extraña con un toque de locura. Éstos tienen un animal por no estar solos o bien por añadir un poco más de locura a su vida.

Yo, sobra decirlo, me considero de los primeros. Pero a lo largo de un año de parques y paseos he podido apreciar que hay gente muy especialita por ahí suelta. A veces les da igual que su perro se dedique a morder a los demás o a acosar al personal, o simplemente tratas de sacar un tema de conversación y directamente ni te hablan. Hay de todo en la viña del Señor.

2 – Cada persona que te encuentras es más entendida que la anterior. Sobre todo si tu perro es pequeño y te ven sin mucha idea.

Me han llegado a decir que los labradores no aprendían nada hasta pasado el año, otros me decía que a los seis meses. Otros decían que le dejase hacer lo que quiera, que no le enseñe nada. Incluso, los que hablaban de mi perro como si fuese un cocker. Según con quien te encuentres un perro como el mío puede comer desde 200 gramos al día hasta un kilo. Los hay hasta que dicen que mi perro es de tamaño grande, otros de tamaño pequeño, y es de tamaño mediano. Y lo mejor es el típico que te explica todo lo que hace tu perro: “eso lo hace por dominación, esto otro por que quiere jugar…” y los demás con cara de “ya lo se tronco, ya lo se”.

No voy a negar que en toda esta vorágine de iluminadores hay gente que dice cosas lógicas y que merecen la pena. Pero son los menos.

3 – Lo de César Millán es una maravilla. Es importante seguir sus consejos y entender a los perros a su manera. Vamos, así lo veo yo. Pero César Millán es uno y nadie más. A lo largo de este año he visto muchas veces cosas como golpear al perro en determinado sitio, hacerle dar ciertos paseos por una zona determinada del parque, tirar de la correa de la correa de una manera concreta, etc. En todos los casos a los que hago referencia el perro ha estado a su bola pasando del tema o bien mirando al dueño con cara de “What the fuck?”. Todos estos dueños se escudan normalmente en “lo vi el otro día en el programa del tío de los perros”. Generalmente los dueños de las criaturas con las que juegan a ser el encantador de perros dejan de intentarlo en unos pocos días.

Pese a todo, que lumbreras hay en todos lados, recomiendo sus libros. A mi por lo menos me ha ayudado a entender a los perros.

4 – Los perros no son personas.

Esto que parece evidente a primera vista no lo parece tanto dependiendo de los sujetos que andan sueltos por ahí. A mi me encantaría razonar con mi perro y hacerle entender el porqué de las cosas, pero lamentablemente no parece que tenga la facultad de discurrir muy desarrollada. Así pues, cosa que haga mal queda castigada con un azote, y lo que hace bien queda premiado con comida.

En una ocasión una señora me pidió que no pegase a mi perro (le había dado un azote por subirse efusivamente a una ancianita muy entrañable de mi barrio y tenía miedo de que la descuajeringase a la pobre). Además, me soltó un discurso a favor de la libertad relacionado con lo buena que era su perra (de 2 kilos) y que no hacia nada malo y eso que nunca la había castigado. Mi perro, de 30 kilos, me supone una responsabilidad con respecto a los transeúntes, y antes de que me haga el lío, prefiero que aprenda a no hacer el cabra por ahí con las ancianitas.

5 – Los perros falderos no son necesariamente pequeños.

Debe ser cosa de labradores, pero hay perros terriblemente dependientes. Vayas por donde vayas en casa tienen que estar contigo. Aunque no hagas nada con él. Él se siente bien durmiendo a tu lado, y de estar en una habitación aparte, sabiendo que estás tú, llora hasta que puede estar cerca de ti pasando de ti. ¿Por qué? Ni idea.

6 – Los perros sí sienten cuando estás mal.

Esto que parece un mito es absolutamente cierto. Normalmente mi perro se pone pesado para que le saque a la calle y vayamos a jugar al parque. Un par de días que me quedé enfermo se quedó a mi lado en todo momento sin pedirme que le sacase (a mi hermano sí xD), y cuando estaba durmiendo me daba lametones en la mano cariñosamente. Conozco un caso de una chica que se desmayó en el baño y el perro la despertó a lametones.

7 – Los perros pueden ser muy listos o muy tontos xD

Mi perro sabe cuando llegamos a casa incluso cuando estamos en el portal, sabe cuando me visto para sacarle o para dar una vuelta, aprendió en cuatro meses a sentarse, a tumbarse, a dejar salir y entrar antes que él y a no comer hasta que se lo decimos. Pero por otra parte no pilla que no debe acercarse a un pastor alemán ladrándole violentamente, no huye de los petardos que los niños cabrones de mi parque le tiran al lado, le dan miedo las sillas, las papeleras y el mobiliario en general…

8 – No eres consciente de la mierda que hay por la calle hasta que tienes un perro.

En el sentido literal y en el no literal. No vuelvo a tumbarme en un parque sin hacer un análisis más que exhaustivo de la zona. Por otra parte, no se si será los del edificio que da al parque de al lado de mi casa, pero lo que puedes llegar a ver tirado por ahí es realmente curioso: discos de música (piratillas y originales), estofados, tubos de PVC, colchones, bolsas de pan bimbo, pedazos de scalextric, pescado frito… Y eso por no hablar de los botelloneros, que luego se quejan de que sea ilegal beber en la calle. Por su culpa no te puedes bajar una Shandy mientras paseas a tu perro en verano.

En fin, yo estoy contentísimo con mi perro. Está claro que en ocasiones te da un poco de pereza cuidar de un ser que te ve como jefe de manada, pero realmente está genial ver como un animal puede llegar a compenetrarse con un humano. Saber que realmente existe una unión psicológica entre dos especies es lo que más me ha impresionado.

En conclusión: tener perro mola mazo.




miércoles, 15 de diciembre de 2010

Señores la Ley SInde se nos viene encima...

http://xmailer.hacktivistas.net/es/message

Esta web se usó para petar el correo de los diputados y demostrarles que no queremos que se cierren webs como Series Yonkis... de poco ha servido.


Bien, pues ahora dicen que sacarán la dichosa ley de forma rápida. Esoy muy frustrado y cabreado con esta situación y no entiendo porqué esto sigue adelante. ¡Todo el mundo ve series online!


A ver si de una vez por todas nos movilizamos con piedras delante del parlamento.



jueves, 9 de diciembre de 2010

Jazztel, pesados de mierda IX


- Diga

- ¿Puedo hablar con el señor de la casa?

- ¿Quién es?

- Llamamos de Jazztel. ¿No está el señor Gaius Aurelius Diocletianus?

- No, no está... falleció hace dos horas.

- Ah, vaya... lo siento mucho.

- Yo también. Ahora nos estamos comiendo su cadáver.

...


...


...

- Adiós.




Qué manía de colgarme sin despedirse.



miércoles, 8 de diciembre de 2010

Exigir tus derechos sí... así no.

No podemos centrarnos en todos los aspectos que afectan a esta curiosa situación de los controladores aéreos. No entraremos pues, en qué habría pasado si hubiese sido Aznar el que hubiese privatizado parte de la gestión aeroportuaria para que luego le montasen un pollo así, y éste reaccionase enviando militares a controlar el tema. No entraremos tampoco en si es moral o no crear pérdidas millonarias en miles de negocios para reivindicar tus derechos de forrarte de dinero. Ni siquiera, si lo es o no dejar en tierra a seiscientas cincuenta y cinco mil personas en una de las poquísimas fechas del año en que podemos aprovechar en hacer ese viajecito que tanto hemos invertido. Y tampoco, por supuesto, vamos a diferenciar entre una huelga –derecho reconocido y legítimo- y chantaje rastrero. Esto son nimiedades en comparación la poca vergüenza del gremio de controladores aéreos.

No se puede uno buscar el apoyo de la población generando tanto odio y animadversión. Es pura lógica. Si jodes el puente –porque es eso, “el puente” del año- a más de medio millón de personas es posible que no estén en disposición de entenderte. Es lo que tiene joder las vacaciones en un país en el que valoramos tanto el tiempo libre. Y después de esto el pueblo quiere sangre. O despidos. Es normal. Sinceramente, por mi, como si hubiesen soltado el viernes a todos los controladores en la terminal de salidas. A ver qué pasaba. Sería como en las pelis de zombis.

Sus condiciones han empeorado. Como las del resto de la población española. Es lo que tiene la crisis, que nos va peor. Ahora, en vez comer caviar hay que comer mortadela. Bueno, al menos tienes algo que comer. Si tus sueldos son superiores al 90% de la población española es lógico que antes o después te digan que te toca levantar el país. Ha sido siempre así. Y ahora, si tu mafia se basa en que poca gente pueda acceder a tu puesto de trabajo para tener que hacer oras extras, y así cobrar el doble, no me vengas diciendo que pobrecito de ti que ya has cumplido con todas tus horas anuales. Se puede decir más alto pero no más claro: jódete. Y si tienes la poca vergüenza de decir que estás enfermo para seguir con tu artimaña a costa del bienestar de gran parte de la población española, traga ahora con las consecuencias. Disfruta del estado de alarma y enfréntate como un machote a la jurisdicción militar. Verás que no es para tanto terminar de pagar la hipoteca de tu mansión en tres años más de los que tenías previsto.

No puedo concluir sin pensar dos cosas:

1 - Si toda la población española tuviese los cojones que tiene esta tribu de mafiosos otro gallo cantaría.

2 - Muy inteligente por parte del gobierno cambiar las condiciones laborales de los controladores antes de puente. Muy bien visto, que para eso tienen más asesores que ningún otro gobierno de Europa. Qué sagaces, no se les ocurre que al igual saturaban el país.

Sigo con mi dilema: no se qué es más peligroso, un malvado o un tonto.

Pd: una teoría un tanto conspiratoria afirma que el estado de alarma es una prevención por lo que nuestros vecinos del sur están montando para ocupar ciertas dos ciudades.