Ayer fui a ver a los Rhapsody en concierto. Ha sido uno de mis grupos favoritos de toda la vida y por eso creo que hoy voy a divagar y extenderme mucho en mis reflexiones.
En primer lugar he de decir que tenía muchísimas ganas de verlos pues siempre los consideré “mi segundo grupo favorito” después de Blind Guardian. De los últimos tengo toda su discografía original, singles incluidos. De los Rhapsody tengo casi toda y tengo en mente solucionar eso antes o después.
El año pasado habían venido a España pero motivos económicos no pude ir a verles… una verdadera lástima porque tengo entendido que el concierto estuvo realmente bien. Más aun cuando hasta ese momento llevaban casi diez años sin pasar por España. No sé por qué la verdad. Me resulta raro que una banda que gira por todo el mundo llenando salas no se pase por aquí. Pese a todo no fue tanta gente como me esperaba. Me imaginaba que iba a ser algo parecido a los Blind Guardian que siempre que vienen llenan La Riviera. Y más cuando siempre ha habido cierta conexión entre los públicos de las dos bandas y entre las dos bandas en sí ya que cuando el batería original de los Blind Guardian, Thomen Stauch, se lesionaba era el batería de los Rhapsody, el alemán Alex Holzwarth, el que le sustituía. Y, curiosamente, el hermano de éste último, Oliver Holzwarth, es el bajista de los Blind Guardian y el que está girando con los Rhapsody actualmente. En resumen, que son mis dos bandas favoritas y que tienen muchas cosas en común.
Primero decir que los teloneros no me parecieron nada del otro mundo. La verdad es que siempre está bien disfrutar de bandas extranjeras por el precio normal de una así que resulten un poco típicos siempre se agradece conocer más grupos.
Los primeros fueron los italianos From the Depth. Me recordaron demasiado a las bandas de Power Metal puro como los Celesty o los Dream Tale. No obstante lo hicieron bastante bien y lograron caldear el ambiente que al fin y al cabo los teloneros “desconocidos” están para eso.
Los siguientes eran los italianos Odd Dimension. Era una mezcla de Power y Progresive Metal. La verdad es que me parecieron bastante aburridos pero admito que era un grupo con bastante nivel.
En fin, vamos con los Rhapsody. Primero he decir que me dio mucha rabia no verlos con la formación original ya que hace poco sufrieron una pequeña desbandada de algunos miembros que llevaban más de diez años en el grupo: el guitarrista, líder y compositor de la banda, el inquieto Luca Turilli, dejó el grupo. Le siguieron el bajista Patrice Guerrs y el guitarrista Dominique Lerquin. Una pena porque parecían una formación estable y han conseguido grandes discos juntos. No obstante quedaban en la banda el teclista Alex Estaropoli y el cantante Fabio Lione… rostros visibles de la banda y también compositores. Me habría gustado verlos en su formación original pero no ha sido posible. Ahora a las guitarras hay un tal Tom Hess (que es básicamente como un enano del Señor de los Anillos) y un tal Roberto de Micheli. Al bajo, como he mencionado antes, está el alemán Oliver Holzwart.
Rhapsody triunfaron a finales de los noventa y se encumbraron durante la década pasada. Eso es, creo yo, porque para triunfar en el mundo del metal hay que hacer dos cosas: inventar un género nuevo o darle una vuelta de tuerca a uno ya existente… o cantar en inglés. Rhapsody hicieron todo eso. Cantaban en inglés por lo que el público europeo ya estaba dispuesto a posar su vista en la pequeña ciudad de Trieste. Pero lo mejor de todo, renovaron el Power Metal de principios de los noventa fusionándolo con música clásica y medieval, grandes orquestaciones, elementos barrocos y melodías épicas dignas de las mejores bandas sonoras de cine. Sin darse cuenta lograron reunir una gran legión de freaks en poco tiempo. Muchos pensaron que se trataba del grupo definitivo, o por lo menos yo lo pensé así. A partir de entonces muchos grupos han apostado por contratar orquestras importantes para sus discos de estudio: Edguy, Nightwish, Blind Guardian, Equilibrium… Además, por si fuera poco, sus portadas siempre eran ilustraciones fantásticas cuidadas hasta el mínimo detalle. (Todo esto es una manera de resumir que muchas partidas de rol se han jugado con este grupo de fondo).
El caso es que ahí estaba yo, dispuesto a ver a uno de mis grupos favoritos. Sabía que no iban a poder traerse una orquestra a cuestas así que tendría que conformarme con unas orquestaciones enlatadas pero en realidad eso no me importaba. Lo que sí que me importó es que los coros que podría hacer otro miembro del grupo también fuesen enlatados... Pero sólo recuerdo una ocasión en la que pasase eso.
En fin, a eso de las 22:20 de la noche comenzó la introducción Ad Infinitum de su último trabajo From chaos to eternity. Se trata de una canción corta que cuenta con las narraciones del polifacético Christopher Lee y riffs de guitarras muy acelerados, lejos de lo que suelen ser las introducciones de los Rhapsody. Los músicos salieron y comenzaron con la canción que da nombre al disco. Se trata de una canción estándar de Rhapsody: grandes coros, un gran solo, un riff muy rápido y un estribillo muy épico. No obstante sirve muy bien para empezar un concierto y resumir lo que es la banda.
Siguieron con Triumph or agony, canción del disco del 2006 con el mismo nombre que es visto por la crítica como un disco “de paso” sin mucha trascendencia pero que cuenta con grandes temas y yo creo que con la mejor canción “introductoria” de los italianos. Fue coreada con ganas por todo el público por lo que la “marca Rhapsody” funciona de todas maneras.
Continuaron con I belong the stars, tema que yo creo que es el mejor de su último disco. Fresco, variado, novedoso, con un buen riff y un buen estribillo. Lo malo es que algunas voces de fondo no las hiciese otro que no fuese el cantante para no dar un efecto tan artificial.
Posteriormente comenzó a sonar la instrumental The Dark Secret. No dudo que sea una buena introducción pero creo que abusaron de estas canciones que impresionan mucho pero que no tienen sentido escucharlas porque sí para luego ver salir a la banda y que toquen el tema ya introducido. Una vez vale… pero lo hicieron dos o tres veces y eso es, desde mi punto de vista, tiempo de sobra para tocar otra canción. El caso es salieron y tocaron Unholy Warcry. Canción con la que se confirmaron como uno de los grupos más importantes de la escena metalera gracias a la colaboración del actor y cantante de ópera Christopher Lee (y el éxito que tenía este en el momento por El Señor de los Anillos). Además se trataba del disco Symphony of enchanted Lands II, trabajo con el que pretendían lograr repetir el éxito de la primera parte. Ahora con el tiempo se puede decir que no lo lograron pero el resultado fue un disco una producción brutal.
A estas Alturas decir que la conexión con el público fue impecable. Juegos de cantar, un chapurreo de español bastante decente, poses para hacerse fotos… dignos de una banda que quiere entretener además de satisfacer musicalmente.
Tocaron la tranquila Lost in cold dreams, de su anterior trabajo The Frozen tears of angels. Para mí una balada sin mucho gancho que acelera al final pero que siempre es bienvenida por sus preciosas orquestaciones. Siguieron con Land of Immortals, su primer gran éxito de su primer disco Legendary Tales. Canción con la que yo flipé en su día por lo novedosa y épica que era. (Y eso que la escuché cuatro años más tarde de que saliese el disco, cuando escuché por primera vez al grupo con catorce años). De hecho me gustó tanto que llegué a tener una carpeta ilustraciones del disco… más aún, cuando la escuché escribí un mail al teclista diciéndole que me encantaba su trabajo. ¡Y me contestó! Aún guardo por ahí su respuesta. Me alentaba a seguir siguiendo a Rhapsody y el mundo del metal en general XD. Muy majo el tío.
Siguieron con la más rápida de su último disco, un corte llamado Aeons of Raging Darkness. Se trata de una canción que me gusta mucho porque saca el lado más brutal, oscuro y agresivo de Rhapsody sin perder su lado épico y sinfónico. Además demuestra las capacidades de Fabio Lione, que no sólo puede cantar heavy y ópera sino que puede hacer guturales muy próximos al Black Metal.
Poco después el cantante aseguró que en su próxima gira, y disco esperemos, iban a hacer una canción en castellano. Esperemos que cumplan su promesa.
Siguieron con un solo de batería bastante novedoso ya que estaba mezclado con unas orquestaciones y coros que retumbaban en la sala. Siguieron con The march of the Swordmaster, tema muy pegadizo de su Power of the Dragonflame. Después cayeron grandes temas de tercer y aclamado disco Dawn of victory: Holy Thunderforce, The village of dwarves (en honor al guitarrista nuevo, supongo) y la propia Dawn of victory. Tras esto, el bajista se marcó un sólo de bajo bastante impresionante. Se nota que aquí tiene más libertad que con los Blind Guardian que apuestan más por tocar más temas. La verdad es que a mí me dejó pasmado, tocaba el bajo como una guitarra, con tapping, acordes... no me extraña que este tipo toque en dos bandas de tanto renombre.
Continuaron con la balada gran balada Magic of the Wizars Dreams que nunca había sido tocada en directo hasta la fecha. O eso aseguró, supongo que la tocarán más veces a lo largo de esta gira. El caso es que es una gran canción que en estudio cuenta con la colaboración de Christopher Lee y ya que este habla once idiomas pues las grabaron en alemán, francés, inglés e italiano.
Siguieron con la rápida Reign of terror de su anterior disco. Se trata de su corte más próximo al Speed Metal y que saca de nuevo el lado más oscuro y frío de los italianos. Me encanta este tipo de canciones porque aúna lo mejor del metal y de lo épico en unos pocos minutos. Siguieron con Knightrider of Doom para dar paso al bis final.
Tras un breve parón salieron y tocaron la más aclamada de todas sus canciones: Emerald Sword. Qué decir tiene que fue coreada como pocas veces he visto en directo. Desde luego se trata de un grupo que levanta pasiones.
Para finalizar tocaron de regalo otra canción de su anterior EP The cold embrace of fear – A dark romantic Symphony, se trataba del Acto VI Erian’s lost Secrets. Quizás la canción menos espesa de este trabajo ya que se trata de un “regalo” a los fans de temas que nunca pudieron encajar en otros discos. El corte elegido es muy épico y triunfal, digno del final de la actuación de estos genios.
En fin, un gran concierto. Me habría gustado más protagonista del teclista y líder de la banda… pero eso no quita que los temas elegidos fuesen un gran acierto (al menos uno de cada disco) y que la presentación en vivo resultase tan épica y atractiva como sus trabajos de estudio.
Pd: Para mí Rhapsody siempre serán Rhapsody… por mucho que por problemas legales tuviesen que cambiar el nombre a Rhapsody of fire.
No hay comentarios:
Publicar un comentario