Pensé que no me volverían a llamar los de Jazztel. ¿Por qué? Porque me dio por poner en Twitter mi anterior entrada en la cual, una vez más, es tomaba el pelo. Luego, los de esta compañía tan apreciada se pusieron en contacto conmigo vía esta red social para, definitivamente, eliminar el teléfono de mi casa de su lista de acoso.
No fue así.
- Hola, ¿está el señor de la casa?
- ¿Quién pregunta?
- Llamamos de Jazztel y queremos proponer... bla, bla, bla...
- ¿Pueden poner wifi en mi barba?
- ¿Perdón?
- Que si fue usted el que robó a aquel bombero.
- No le entiendo.
- ¿Entonces me confirma que en Ciudad Real no hay nada que ver?
- ¿Disculpe?
- ¿Cuándo fue la última vez que se comió un jaguar?
- pi-piiii-pi-piiii
Y me cuelgan, como siempre.
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