Nueva edición de sueños locos.
Sueño 1:
Estaba en mi casa con mi profe de piano, una adorable y paciente chica a la que cuesta imaginar enfadada. Y, por eso, sin atisbo de rabia o cabreo, cuando daba mal algunas de las teclas durante la clase, me forzaba a introducir mi cabeza dentro de un cubo de agua hasta que no aguantaba más. Guantánamo style.
Lo peor no era este sistema de aprendizaje, ni siquiera que me ahogase a menudo -el piano me está costando mucho y fallo a menudo-... lo peor era que me parecía normal. Por algún motivo, durante el sueño, ser torturado cuando cometía un error me parecía evidente. No lo pasaba mal, tampoco es que fuese divertido, es que ser ahogado y luchar por respirar me parecía un sistema adecuado para progresar musicalmente.
¿Qué significa esto? Nada. Me gusta poner en jaque a los interpretadores oníricos.
Sueño dos:
Ayer soñé que una mantis religiosa gigante de dibujos animados atacaba mi casa. True story.
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