Ser vocal no tiene nada de divertido pero, si uno decide fijarse en los detalles –pues tiempo tiene, os lo aseguro-, podrá hacer un análisis social a partir de lo que ve en ese día. Éstas son las conclusiones que saco al haber tenido que ser vocal de 747 personas de un barrio medio (Prosperidad) en el madrileño distrito de Chamartín.
Los sobornos, si no son muy impresionantes, no funcionan
Las mordidas, de toda la vida, se han hecho con dinero, vehículos, putas, drogas o comida... no con rosarios. Es verdad que la adorable señora mayor que protagonizó esta curiosa anécdota no pensase que regalar unos rosarios que ella hizo a mano, a cambio de “a ver si así votáis al PP” no fuese un soborno en su cabeza. Pero lo cierto es que, desde fuera, si en vez de ese útil instrumento de rezos fuese dinero, sí lo sería.
Respeto entre interventores de cara a la galería
Jajaja, jejeje, jijiji, que majos somos todos y qué demócratas. ¡Y que buena impresión generaba eso al principio! Hasta que cuando hacemos el recuento y ¡tachán! Resulta que no nos cuadran los números y nos faltan 10 votos. Mientras intentamos arreglar el problema (se nos olvidó contar diez de Ahora Madrid) los interventores de PP, PSOE e IU proponen unasolución: ajustarlo todo con votos en blanco, algo que debe ser muy habitual. Pero el del PSOE dice que diez es demasiado, que un par vale pero que diez no, que hay que recontar. Sin embargo, el del PP dice que son un par y que sigamos adelante, que no tiene importancia pues son sólo dos. Su cara fue un poema cuando descubrimos cuál era el fallo.
Lo mejor es que cuando se baraja la posibilidad de equilibrar las cuentas con votos en blanco o nulos (a elección de la presidenta de mesa) viene el de IU –a punto de llorar al ver que no tenía ni 5 votos de esos 747- y nos dice por lo bajini que lo mejor es cuadrar las cuentas con votos nulos ya que eso les beneficia. Y, poco después, el del PP nos dijo por lo bajini también que lo mejor era contabilizarlo como votos blancos, que eso dejaba a IU fuera.
Chamartín es poco emocionante
Las urnas en mi distrito están a un paso de desteñir con color azul. Es verdad que ahora menos y que aproximadamente un 15% ha votado a Ahora Madrid (Podemos y demás) y otro 7% a PSOE. Pero aun así el PP se ha llevado la mitad de los votos. Muy aburrido. Y no, no creo que sea porque a mis vecinos les guste que les roben, es por un motivo que explico en el siguiente punto.
Mi distrito es un distrito de mayores
Con los datos en la mano, es decir el censo electoral, pude ver que de las 747 personas que votaban en mi mesa aproximadamente la mitad nacieron entre 1950 y 1965. Es normal que se siga votando aquí a los partidos tradicionales pues cambiar la costumbre es algo que nos cuesta mucho, aunque se trate de… bueno, eso, de PP y PSOE.
IU y UPyD o cómo no hacer autocrítica
En mi barrio nunca han tenido mucho protagonismo, pero ahora menos. Es habitual que en la noche electoral todos salgan diciendo que han ganado pero creo que les va a costar. Algo habrán hecho mal si están como están.
Ciudadanos asusta y duele pero no sentencia
El PP se mantiene pese al crecimiento de la formación naranja. Han recogido muchos votos de gente de derechas muy cansada –cosa normal por otra parte ya que no creo que sean fachas ni mala gente sino tipos de derechas que creen que se puede tener conciencia social y que robar está mal-, pero están lejos de pegar tan fuerte como Podemos al PSOE. (Aunque el mayor mal del PSOE es el propio PSOE).
Los españoles y nuestra manera de hacer cola
Es habitual llegar a codazos a primera línea para luego, una vez en la mesa electoral, tomarte el tiempo que quieras para sacar el DNI, meter las papeletas en tu sobre y contarle tu vida a los vocales. Y mientras los demás mirando.
La dificultad de diferenciar el color blanco y el color salmón
Votar, cuando te acostumbras a ello puede ser muy mecánico y origina despistes. Es demasiado común ver que hay gente que pasa del presidente de la mesa cuando le dice “oiga, perdone, es que no puede votar en esta urna porque su sobre es color salmón y aquí es blanco. Es decir, está usted votando la lista de la Comunidad Autónoma en la alcaldía”. No os podéis imaginar la de veces que hay que explicar este concepto. Y no es que yo me considere muy listo, es que vi mucho Barrio Sésamo.
Los Pérez son más demócratas
El 99% de las personas con un apellido que empezaba por P fueron a votar. Cosa que no ha pasado con los Martín, los Rodríguez, los Sánchez… Dato absurdo y no lleva a nada pero oye, ahí está.
Estamos rodeados de Marías
Tras escribir cientos de nombres este domingo he podido apreciar que la mitad de las mujeres de este país se llaman María Algo o Algo María. ¡Más originalidad! He visto nombres como Leónida, Teresita, Euteria, Eutiquia… estamos perdiendo nuestro toque diferenciador.
Renovar el DNI, algo que se pospone durante años
Si bien es cierto que ir a la comisaría a rehacer tu documento nacional de identidad es un absoluto aburrimiento, impresiona ver como una mujer nacida en 1916 sigue usando un DNI fechado en 1960 (al más puro estilo franquista) y no lo ha renovado todavía.
“Anda, ¿Te ha tocado? ¿Otra vez?"
La pregunta más repetida del día y la más molesta. A la que da ganas de responder: “No. Me gusta ser vocal y por eso he secuestrado al verdadero vocal y estoy aquí mismo suplantando su identidad”. Y después viene el “pero te pagan”. Sí, 62 euros por 15 horas de trabajo un domingo. Echa cuentas y me comentas.
Si eres joven mereces estar de vocal
“Bien, bien. Así me gusta. Los jóvenes apoyando la democracia”. Es algo bastante común de oír pero cuando quien lo dice es tu vecino y sabes que a él en 40 años no le ha tocado nunca y a mí en cuatro me ha tocado dos me dan ganas de impugnar su voto, por gracioso.
Si llevas el pelo largo es por Pablo Iglesias
Llevo con el pelo largo 12 años y, desde que Pablo Iglesias es famoso, muchos me preguntan si soy algún tipo de fanboy. ¿Le pasará lo mismo al colectivo heavy?
Dos apellidos pueden alegrarte el día
Cuando ves que hay vecinos tuyos que se apellidan Tolón Tolón, Miguel de Miguel Miguelez, Pro Palancas, Más Acero… recuerdas que España tiene ese maravilloso mundo de posibilidades gracias a las combinaciones de dos apellidos.
En fin, y esto es lo vivido por mí. Es cierto que es un sesgo exageradísimamente reducido en comparación con la sociedad española y de que de aquí no se puede extrapolar nada pero, para mal o para bien, te deja ver en parte cómo somos.
